Buenos Días Grises

Me despierta una música que aún no reconozco como la sintonía de mi móvil.
Olvidé apagarlo, y ahora alguien me despierta...
-¿Será él?-Me pregunto en el segundo mismo en que me respondo- Imposible...
...Sorpresa!!! Es él!!
No conozco mejor despertar que al sonido de su voz...O si...Definitivamente, sí: Despertar al roce de tu piel con la mia, de una caricia en mi cara...
Pero despertar con tu voz...
Es como despertar y encontrar fresas con limón y menta al lado de tu cama, esperandote.
Y que el primer gesto de mi cara sea una enorme sonrisa...

Me siento como una colegiala, nerviosa, imaginando el momento de verte, recordando esa voz que hoy me sacó de mis sueños, para llevarme a una realidad que en ratos así se me antoja un sueño...

Afuera,
un día gris, calles desiertas de un domingo con aguacero, palomas que limpian sus alas con sus picos en los tejados, y a lo lejos, los edificios se esconden detrás de una neblina...
Y sin embargo, mis ojos sólo ven luz, mi corazón siente un calor que viene de dentro, sólo unas sílabas bastan, para ponerlo en marcha...
Y en días así, prefiero que sea el día gris, y que haga frío, mucho frío, que llueva a cántaros,
y refugiarnos en un abrazo sin tiempo, alimentarnos del calor de nuestros cuerpos, que al rozarse y reconocerse sufren una suerte de alivio y estremecimiento, por saberse libres en unión, dulces tripas donde revolotean mariposas capaces de pasarse de tu tripa a la mía y viceversa...