Te descubrí entre sombras de mi ser,
te quise alejar y salí corriendo,
sin saber que estarías a mi lado,
que me seguirías allá donde fuera,
anhelante de mí.
Te abracé y me dió miedo,
un escalofrío recorrió mi piel,
sentí que nunca más se iría esa sensación,
así que te agarré fuerte,
quise tenerte, pertenecerte,
y tu cálido aliento me transformó,
no más huidas,
no más búsquedas de quién sabe qué.
Ahora, bailo con Doña muerte,
ahora, formo parte de ella,
ahora, comprendo la transformación,
y sus ciclos.
Báilame, méceme en tu regazo,
duérmeme en tu sueño eterno,
transforma mi ser.
Que yo te daré de beber mi lágrima,
te alimentaré con mis deseos,
apaciguaré tu hambre,
saciaré tu sed de crecimiento.
Caminemos juntas por esta jungla,
correremos por la niebla de los que se fueron,
Danzaremos al son del final de un ciclo,
para que llegue el principio.
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