Sacudidas de armoniosas conexiones

Oleadoas,
sacudidas de intensidad,
los días, luminosos,
abriendo paso a este nuevo ser,
dejando atrás lo que fue,
poniendo el camino a medida que vamos caminando,
el suave caminar, rítmico y en armonía,
desplegando las alas,
alas de libertad, de alegrías, de conexiones,
de vivencias maravillosas que empiezan a asomar.
Mientras, en la brecha abierta en la tierra temblorosa,
se intuye la tremenda figura de aquel ser que renace,
su fuerza se percibe a través de sus suaves movimientos,
aún no se le ve, sólo podemos intuirlo,
poco a poco va saliendo...

Acero vil

Estos funestos días,
donde la muerte se ha instalado en mi,
rios salados que no cesan,
tormentas que atraviesan,
como el acero vil.
Sobreviviré.

Anhelando el rojo.

El viento toca las castañuelas sobre mi ventana,
las nubes pasan a mi alrededor, mostrando un pedazo de cielo,
la ropa tendida de las terrazas baila al son de este aire,
detrás de estas inertes casas vivientes se asoman montañas,
recordándome la inmensidad de ese mar que no percibo...

De pronto quietud, cuando para mis adentros rebusco,
después...Nervios, urgencia, deseos, desesperanza esperanzada,
y todo revoloetando sin descanso, por la corriente del río que me lleva.
Me sumerjo, cierro los oídos, escucho con atención lo que mis ojos me muestran, y mi boca saborea la ausencia, anhelando el rojo.

A cielo abierto

Quiero ser selva,
que mis pies convertidos en raíces, hagan de la tierra su hogar.
Mi sangre, convertida en salvia, circulando, oxigenándome...
Oxígeno.

Ausencia de aire.
Entre estas cuatro paredes el bien más preciado es un poco de oxígeno.Puro.Limpio.
A cielo abierto.

Que de mis brazos nazcan ramas, mis dedos transformados en verdes hojas, mis uñas son capullos ansiosos por florecer.
Aire. Quiero aire.
Que llene mis pulmones, convertidos en parte de este árbol en el que empiezo a convertirme.

Mi guitarra y vos