sábado, julio 15, 2006
Brindo con tostadas,
mientras cae el amanecer,
en esta luna estrellada,
de sueños por deshacer.
Tu recuerdo me acompaña,
con amargo dulzor,
por las noches ensoñadas,
buscando tu sudor.
Y tú que no haces nada,
y yo que lejos estoy,
y este amor que me acompaña,
allá dondequiera que voy.
Transformarme en oleada,
fundirme en el mar,
acabar con este infierno,
de sentir sin demostrar.
Cúantos inviernos habrán de pasar,
para que mi corazón se congele,
y mis ansias de abrazar,
el calor de tu recuerdo,
que no me deja nadar,
por este inmenso océano,
que está por dibujar.
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